El ¿juez? único

Con muy pocas semanas de diferencia hemos podido ver 3 casos de agresiones a jugadores de 3 ligas distintas. Por lo que no podemos circunscribir la violencia a nuestra liga. Sin embargo, los resultados no han sido los mismos en todos ellos.

En Alemania, Jermaine Jones, estando el juego parado, pisó de forma traicionera, con mala intención y demostrando su cobardía a Reus, un jugador del Borussia, casualmente su figura, casualmente su mejor jugador.
El árbitro, Wolfgan Stark (uno de los ¿pogque? de Mourinho) no vio el pisotón, y lógicamente no lo puso en el acta. Nadie niega que los árbitros pueden cometer errores, ni aquí ni en Alemania. Sin embargo, el comité de competición de la Federacion Alemana (dicen que el objetivo de este comité allí es impartir justicia y que es imparcial) se reunió de oficio y sancionó al agresor con 6 partidos.

En Inglaterra, Balotelli hizo lo propio con Parker, y de nuevo el ojo de halcón del colegiado de turno no vio nada. Sin embargo la propia Liga se reunió y Balotelli sera castigado. Dicen los que entienden de esto que se le sancionará entre 4 y 6 partidos.

Aquí no. Aquí hay un juez único que en ocasiones no se puede reunir consigo mismo porque no se sabe su teléfono para organizar la reunión y es difícil localizarse. A veces se convoca la reunión pero él no puede acudir y si él no va no hay quorum. Y en las menos, se acuerda de la reunión pero no tiene claro el lugar de la cita.

El juez único es un señor de 85 años, Alfredo Flórez Plaza (qué casualidad, Plaza) que fue asesor jurídico del otro Plaza (el que afirmaba siendo el presidente del colegio de arbitros que nunca ganaría una liga el Barça) con un palmarés que avergonzaría a quién tuviera la capacidad física de avergonzarse.
En su momento no consideró la salvaje entrada de Figo a César como grave. Figo no fue sancionado y César tuvo que abandonar el futbol.

El mismo Flórez Plaza (más Plaza que Flórez) sancionó con 2 partidos a Mou y no consideró grave la agresión a Tito Vilanova. El ¿juez? único entendió que acudir al banquillo rival, meterle el dedo en un ojo al entrenador del equipo contrario no era grave, era, que decir, un detalle leve, casi una broma de mal gusto.

Atrás, en la hemeroteca y en el recuerdo de muchos queda la sanción a Kluivert (FCBarcelona) en una jugada que el árbitro no vio, las "butifarras" de Giovanni que merecieron sanción pese a no constar en acta, y evidentemente las mismas butifarras que luego, al hacerlas Pepe (siempre Pepe, que cruz), no tenían la menor importancia, considerándose simplemente un exceso dada la carga de adrenalina que se tiene en ciertos momentos.

Por desgracia en España siguen quedando restos de aquel pasado del que a veces cuesta creer que vayamos a deshacernos. Un comité formado por un solo hombre recae en un madridista, ex jugador del club blanco, socio desde antes de la guerra civil y colaborador del otro Plaza, tan madridista como él y que en 13 años de mandar en el Colegio de Arbitros cantó el alirón en 9 ocasiones "su" equipo.
Casualmente del 81 al 85 no se hacían las designaciones a dedo sino por sorteo, 5 años en los que ganaron la liga la Real Sociedad (2),  el Athletic de Bilbao (2) y el FC Barcelona (1). ¿Sorprendente? No tanto.

Ahora, su discípulo más longevo sigue haciendo y deshaciendo en un comité de competición adulterado, tan adulterado como aquel vino rosado que bebían nuestros padres en la época en la que el Sr. Flórez celebraba los éxitos europeos (botijos en lenguaje actual) de su equipo. Era cuando se veían camisas monocolores, los yugos y las flechas adornaban las paredes y en el colegio rezábamos a un Cristo siempre entre dos fotos que Serrat describía en su "Canço per la meva mestra":

"Bon dia, de matí, ens deia dempeus, entre dues 'fotos' i una creu, una oració i una cancó".

Tiempo en el que se acuñó el eslogan "Spain is different" como reclamo publicitario.
Hoy, al menos en la justicia, y por desgracia, el eslogan sigue siendo cierto.

confiesa