El mito y la exigencia equilibrada

Ocurre que los mitos surgen del receptor, que no pide permiso al agraciado sobre si quiere ostentar tan gran distinción. Ocurre que la consideración de mito suele venir acompañada de ciertas contrapartidas.  Mejor dicho, la consideración exacerbada de mito viene acompañada de ciertas contrapartidas. Como si de una sacerdotisa se tratara, parece que Pep debiera permanecer por los siglos recluido en el Templo de Vesta.

¿Es Pep Guardiola un mito del Barcelonismo? Por supuesto. ¿Deja de serlo por haber fichado por otro club? Por supuesto que no.  Jamás Pep dijo que sería entrenador de un solo equipo, como tampoco lo fue como jugador.  Un mito es quien figura en el corazón y la memoria de sus seguidores como alguien extraordinario; extraordinario en la ejecución de su tarea y extraordinario también en la defensa de lo lateral a esa tarea que en el caso que nos ocupa es también lo central: la filosofía, estructura y funcionamiento que hacen al Barça un club tan especial. 

Pep Guardiola ha sido excepcional en la práctica más objetiva de su trabajo: los títulos; en la manera como los ha conseguid; el juego, y en la vertiente romántica de todo lo anterior: la defensa del modelo que ha hecho aún más grande su desempeño.

Un mito es para mí alguien que debe desviarse mucho de todo lo defendido hasta el momento para dejar de serlo. Para que nos entendamos, Pep dejaría de ser un mito si se hubiera ido al Real Madrid. No se trata de dar apoyo incondicional, porque prácticamente nada lo es, sino más bien que la exigencia al mito para serlo no se lleve al extremo de querer dinamitar la carrera de un tipo que solo tiene 42 años. Esto que voy a decir puede sonar un poco cursi , porque en realidad lo es, pero no por ello menos cierto: Pep es un hombre de futbol. Por ser un hombre de futbol, enfermo de futbol, estudioso de futbol y genio del futbol, ha llevado al Barça al nivel de excelencia que todos hemos disfrutado. Yo no me perdonaría que por unas supuestas sacrosantas reglas de debida obediencia para obtener el carnet de mito un hombre tan extraordinario en la historia del fútbol como Pep dejara de hacer lo que más le guste.

En su salida del club Pep dijo que se sentía agotado, “vacío”. El anuncio de su fichaje por el Bayern para nada desmonta esa explicación.  Pep es plenamente consciente de su condición de mito y el desgaste que conlleva entrenar a un club donde tu figura transciende lo deportivo no es comparable con el de hacerlo en cualquier otro sitio. 

¿Son 6 meses –en realidad 12─ suficientes para recuperarse? Yo estoy convencido que sí. Ser entrenador-mito de Barça implica una presión grande las 24 horas del día. Porque pones un telediario y hablan de ti; enciendes la radio y en la tertulia deportiva hablan de ti; lees la prensa y hablan de ti. Para alguien que lleva 25 años de futbol casi ininterrumpidos, 6 meses en la otra parte del mundo permiten crear una distancia sideral. No digo que su salida no tuviera sus intrigas, seamos serios, esto es el Barça y siempre tiene que haber algo de intriga, pero acusarle de mentir en su justificación me parece absurdo. Porque incluso yo a veces me paso días sin ver noticias de futbol porque me saturo de tanto pique y tanta guerra. ¿Cómo no va afectarle a él, siendo el protagonista?

Ser un mito no puede conllevar una amputación de una parte tan esencial de tu ser como la de entrenador en el caso de Pep. Si bien el mito tiene ciertas obligaciones, también los que siguen al mito debieran tener cierta comprensión: entender lo que hace el mito y por qué lo hace, y que el hecho de que se desvíe de lo que alguien pueda esperar  no se utilice como una enmienda a la totalidad de su condición de persona especial en el imaginario colectivo del barcelonismo.

Nadie como Pep ha representado al Barça en su historia. Echar por la borda todo ese bagaje por su marcha a un equipo de otra liga me parece un error impropio de la etapa que hemos disfrutado con él.

lebowski