Un hombre ... Bueno

Como todas las mañanas, miré de reojo al despertador y me regalé un cuarto de hora extra. Me quejè un par de veces del dolor de espalda y me fui a la ducha.

Abri internet, y alli estaba su rostro, lleno de bondad, con esa media sonrisa que parecia imborrable. Tenia una mirada profunda, limpia, honesta. Me quede absolutamente helado, negandome a creer lo que estaba leyendo.

Mi mujer me comento (o tal vez fue la estudiante de psicologia que ocupa un trozo de su cerebro) que la noticia me habia impactado tanto por el recuerdo de mi padre, fallecido de igual manera (30 años ya y como te echo de menos, y cuantas cosas se me quedaron por decirte) y puede que algo de razon tuviera.

Pero yo tenia los ojos en aquella foto de Preciado, tenia la cabeza en el recuerdo de aquella voz quebrada, victima probablemente de la nicotina acumulada y posiblemente imprescindible para aguantar la tension de un banquillo modesto. La voz de un hombre que hizo que muchos nos hicieramos un poco del Sporting,
de un hombre que era un soplo de aire fresco en un mundo de egolatras, que simbolizaba el triunfo de la sencillez sobre la pedanteria,que perdia y asumia sus culpas, y en las victorias se echaba a un lado, el triunfo de la sencillez sobre el marketing.

Era un hombre que no necesitaba llevar guardaespaldas porque todo el mundo le queria, que no anunciaba productos de belleza, porque el interior no sale en las fotos. Un hombre que era "en el buen sentido de la palabra, bueno". Un hombre al que la vida le dio muchos palos. Que le arrebató a su mujer con apenas 40 años, que le arranco a uno de sus hijos de tan solo 15 años en un accidente de moto, y que hace unos meses se llevo a su padre victima de otro triste accidente.

Como en la historia de Job, parecia que la vida se habia empeñado en ponerle a prueba, como si su vida fuera un juego entre dos dioses borrachos en una apuesta macabra.

Hoy es un dia muy triste. Un hombre bueno ha muerto, un hombre al que yo no conocia. Y sin embargo, siento unas ganas tremendas de llorar.
Y no estoy demasiado seguro de que todo sea por mis recuerdos de hace 30 años.

confiesa