Una encuesta aspira a
recoger la opinión de una población, mediante las respuestas de una
muestra representativa de la misma, en el caso de la del CEO, 2.500
personas. La representatividad se trata de obtener seleccionando la
muestra en base a una serie de variables, que definirían a la
población, y que normalmente son la edad, el sexo, y el lugar de
residencia. Sin embargo, no resulta fácil de conseguir, y de hecho,
todas las encuestas tienen sesgos, o sea, desviaciones de lo que
sería una representación fiel de la opinión de la población. Por
eso, cuando se trata de estimar un resultado electoral, es necesario
recurrir a la “cocina”, que no es ninguna manipulación, sino la
aplicación de correcciones a los resultados en bruto, con el fin de
que den un resultado realista. Por ejemplo, si en Cataluña sólo se
tuvieran en cuenta los resultados en bruto de las encuestas, el PPC
sería prácticamente extraparlamentario.
Sin embargo, en el resto
de preguntas lo que tenemos siempre son los datos tal cual. El simple
hecho de que para asignar diputados con un mínimo de fiabilidad haya
que corregir los datos directos de las respuestas, nos debería hacer
pensar que no se pueden tomar tal cual los datos del resto de
preguntas. Y más si en la encuesta hay un sesgo reiterado y
persistente en el tiempo en una única dirección.
Si tomamos los resultados
de la pregunta sobre el referendum de independencia de la encuesta
del CEO, la independencia es cosa hecha. Un 54,7% a favor frente a un
22,1% en contra supone que el SI ganaría con un 71,2% a favor. Ni
sumando a los que no manifiestan opinión da otra cosa que un muy
claro resultado a favor del SI.
Ahora bien, ¿es
representativa la muestra del CEO?. Porque si la muestra excluye a
determindadas partes de la población, deberíamos cuestionar este
resultado. Voy a tratar de constrastarlo examinando variables de la
encuesta para las cuales hay referencias fiables externas a la misma. A
partir de aquí se hará referencia a la página del
dossier de prensa publicado con la encuesta (DP), y a las tablas
estadísticas de la misma (TE), que pueden encontrarse aquí (click sobre link).
Primero el recuerdo de
voto de las últimas elecciones autonómicas (pag. 43 DP). Comparando
las respuestas de la encuesta con el voto real puede verse que el
recuerdo de voto a la suma de PP+PSC+Cs es 9,2 puntos inferior a lo
que fue realmente. Y de ellos, 6 puntos pertenecen al voto del PP.
Por contra, los que recuerdan haber votado a CIU+ERC+CUP son 11,4
puntos más de los que realmente les votaron.
En segundo lugar, las
audiencias de los informativos de televisión (pag. 18 DP). Los que
contestan a la encuesta en un 52,3% se informan habitualmente con
los informativos de TV3, sin embargo, la audiencia de sus informativos llega al
30% a mediodía, y al 20% por la tarde, lo que da una diferencia de
la realidad con la encuesta de más de 20 puntos.
En tercer lugar, la
lengua. El CEO pregunta por la lengua propia, la materna, y la
habitual. En cuanto al uso de la lengua en Cataluña, el estudio más
exhaustivo realizado hasta ahora es la encuesta de Idescat (click sobre enlace). Se trató de
una macroencuesta de 7.300 entrevistas dirigida a analizar a la
población entonces mayor de 15 años. En la página 53 del pdf
enlazado puede verse el resultado de la lengua habitual, cruzado con
el de lugar de nacimiento. Tomando sólo los datos de los nacidos en
Cataluña, y en el resto de España, da que el 42,3% tiene como
lengua habitual al catalán, el 44% el castellano, y el 13,8% las
dos. Por contra, los porcentajes en la encuesta del CEO (pag. 45 TE)
son; el 57,2% el catalán, el 32,5% el castellano, y el 9,3% las dos.
Los que usan habitualmente el catalán están sobrerepresentados en
la muestra del CEO en casi 15 puntos, mientras los que usan el
castellano están subrepresentados en 11,5% puntos .
Recapitulando, los que
faltan en la muestra del CEO son gente que vota al PP+PSC+Cs (sobre
todo al PP), que no se informa a través de TV3, y que habla
habitualmente castellano. Y sobran votantes de CIU+ERC+CUP, que se
informan a través de TV3, y que habitualmente hablan catalán. Y los
porcentajes no son banales. Como mínimo, cerca de 10 puntos, y en el caso de la
audiencia de TV3, más de 20.
Para medir cómo afecta
ese sesgo al resultado de la encuesta no hay más que ir a El Periódico (click sobre enlace), que también pregunta por la lengua
habitual del encuestado (pag. 21 pregunta 35 del enlace), y en cuya
muestra los resultados son: catalán 49,1%, castellano 45%, y las dos
5,6%. Mucho más cercano que el CEO a la realidad (aunque no deja de
haber desviación a favor de los catalanohablantes).
Como consecuencia, el
resultado de la pregunta sobre la independencia es muy otro; 53,3%
al SI, frente a 41,5% al NO. Esto es mucho más cercano a
la realidad, que estará en una diferencia de entre 7 y 11 puntos entre el SI y el NO. De hecho, en el Ara (click sobre enlace), que no es precisamente un periódico unionista, con los datos de
la encuesta del CEO de junio, daba un porcentaje al NO del 44,2%
frente al 55,8% del SI, con un 77% de participación.
La conclusión es obvia; las encuestas
del CEO dan porcentajes holgados a favor de la
independencia simplemente porque excluyen a una gran
cantidad de potenciales unionistas. Es un hecho.
leuthen