Fútbol y Narcotráfico en Colombia. Los dos Escobar

Al contrario de lo que mucha gente piensa Andrés Escobar (talentoso futbolista de gran zurda y sobriedad defensiva con un "sotaque" brasileiro a lo Branca), por movimiento y condiciones físicas, era un gran jugador. Los europeos quizás lo recordemos solo por el gol que se metió en propia puerta contra los locales USA en el mundial del 94, en medio de un turbulento ambiente de amenazas de muerte (si uno mira los partidos con detenimiento contra Rumania y los yanquis que les costaron las derrotas, ya  se ve que el nerviosismo cara a puerta, rollo Alexis, era mas que evidente). 

Los colombianos estaban bloqueados; es lo que pasa cuando los mafiosos tienen el poder suficiente para entrar en tu vestuario en otro país y ponerte pegado al televisor una hoja en la que te avisan que tu vida, como pierdas, está en juego.

Andrés Escobar nació en Medellín en 1967 y despuntó en el Atlético Nacional (equipo financiado y totalmente dirigido por Pablo Escobar) como un lateral de exquisita técnica. Pilar clave para que un club Colombiano se alzase por primera vez con la Libertadores en 1989, con Pablo Escobar en la tribuna del estadio, presidiendo el evento.

Por entonces, el fútbol estaba en auge en Colombia; los narcotraficantes se gastaban millones de dólares en rearmar las canteras, construir campos de futbol, iluminar instalaciones y traer extranjeros a sus clubes para colmar sus ambiciones deportivas, pero sobretodo para una razón de mucho mas peso: blanquear dinero.

La ausencia de transparencia y la intangibilidad del valor real (por llamarlo de algún modo) de un jugador en el mercado, las taquillas, vender 80.000 entradas cuando habías vendido la mitad, era un caramelo muy apetitoso para las necesidades de los carteles.

Era un tiempo de relativa calma comparado a la pesadilla que se avecinaba. Los hermanos Gilberto y Miguel Orejuela financiaban y dirigían al Cartel de Cali. No es casual que los mejores resultados del América de Cali en La Libertadores fueran en el 85, 86 y 87... años en los que el equipo llegó a la final consecutivamente, aunque las perdieran todas.

Se podría establecer incluso un paralelismo, ya que el Cartel de Cali, por dinero y brutalidad, jamás fue rival para el numero 1, para el patrón de patrones, Pablo Escobar.

De hecho, en 1989, en un partido en el Atlético Medellín y el America de Cali, con victoria visitante, Pablo Escobar presente en el campo, ordeno ejecutar a sangre fría al arbitro Álvaro Ortega, al concluir el partido. 
Ese era Pablo Escobar, que nadie se lleve a engaño.   

Personalmente, detesto a todos aquellos ignorantes que te vienen con la milonga de que les construyo casas a los pobres e hizo tanto por el pueblo; el hombre más rico del mundo por entonces, con una fortuna valorada en 3000 millones (y lo que no sabemos) jamás dedico su vida a la filantropía y a sacar a sus paisanos de la pobreza, sino a ganarse una base social que le protegiese de las autoridades, consciente de como había amasado su fortuna.

Era un megalómano y un psicópata capaz de eliminar miles de vida con un chasquido y si hubiese servido a sus intereses el tener que arrasar a sangre y fuego las mismas casas que había ordenado construir, no hubiese  dudado ni un instante en dar la orden. 

Los jugadores del Atlético tenían una relación personal, mayor o menor, con el Patrón. Algunos por miedo o agradecimiento, plata o plomo, atendían a las reuniones y cenas con su presidente. Otros como el descerebrado de Rene Higuita sentían autentica devoción por él. Pablo Escobar organizaba partidos con jugadores TOP de Latinoamérica y Europa solo para apostar con sus colegas. Apuestas de dos millones de dólares por partiditos en su hacienda; ese era el nivel de corrupción y poder que se manejaba por entonces en la industria de la cocaína. Millones de dólares, que el "filántropo" Pablo Escobar podría haber dedicado a labores más humanitarias, y que luego dedicó a las atrocidades mas abyectas.

El asesinato del ministro de Justicia, Lara Bonilla, y el candidato presidencial Luis Carlos Galán partidarios de la extradición a USA, en agosto de 1989, marcan un punto de inflexión en la actitud del Gobierno Colombiano, y comienza el principio del fin del flujo de dinero a los clubes de futbol financiados por el Cartel. La violencia en las calles aumenta radicalmente y Escobar le declara la guerra al Estado.

Paradójicamente, la selección Colombiana, rebosante de talento, con los Asprilla, Valderrama, Rincón, Valencia y Escobar, de capitán, vive los mejores momentos de su historia. El país se une y cataliza a su alrededor su alegría, su energía y sus ansias de expresar una Colombia alejada de la imagen a la que cada día los ciudadanos de todo el mundo asistían con horror en los telediarios.

En Italia90, el futbol colombiano consigue sus mejores resultados, y captura la atención de los clubes europeos que lanzan sus redes sobre sus mejores jugadores. Solo la estupidez de ese mono borderline llamado Higuita les aleja de los cuartos de final, contra la Camerún de Milla.

Antes del Mundial de 1994, vuelven a brillar endosándole a Argentina (lo siento, Anita) la derrota mas humillante que jamás ninguna selección ha  logrado en Buenos Aires. Un 0-5 en el que Asprilla y Valderrama brillaron con luz propia.  Esa victoria que a la postre les dio la clasificación, selló la suerte del malogrado Andrés Escobar en su fase final.   

Vale la pena, recordar este  PARTIDAZO  

El país encara este mundial, confiante en ofrecer una gran imagen, con una selección igual de talentosa, pero más madura que en mundial de Italia. Sin embargo, la situación en las calles del país es la peor posible, en especial las de Medellín. Tras una brutal campaña de persecución al Patrón, por parte del gobierno, los yanquis y los Pepe (personas perseguidas por Pablo Escobar) ... una organización de criminales liderados por los hermanos Castaño (ultra derechistas y antiguos colaboradores de Pablo; por tanto, los más peligrosos para el Cartel por tener mismos métodos y un profundo conocimiento del mismo) acaban con la vida de Pablo Escobar en 1993, lo que deja sumido en el caos más absoluto al crimen organizado de todo el país.

Pablo Escobar tenia controladas las calles y nadie ejecutaba crímenes sin su permiso. Con su muerte, miles de cabecillas con ansias de aumentar su poder y subir a lo más alto de la pirámide del narcotráfico campaban a sus anchas. Y la policía y el ejercito se veía incapaz de contener las oleadas de violencia, secuestros y asesinatos que manchaban de rojo el día a día de los colombianos.

En Estados Unidos 1994, Andrés Escobar se disponía a jugar su primer encuentro contra Rumania; tenia dos ofertas encima de la mesa, para jugar en Méjico y nada menos que en el gran Milán. Su mujer y él discutían con ilusión todos sus planes de su futura vida en Italia.

En el primer partido perdieron por un inexplicable 3-1 contra Rumania, donde los rumanos tuvieron 3 y metieron 3 (de los cuales destaca el GOLAZO de Gica Hagi), desata las iras del crimen organizado en Colombia. Mucho dinero en juego, muchas apuestas, tensión que obviamente llega a la velocidad de la luz del vestuario colombiano.

El equipo recibe amenazas de muerte antes del segundo partido contra USA, incluso se impone una alineación distinta a la de Maturana por coacción y siendo un equipo totalmente superior a los yanquis, este  GOL en propia puerta  de Andrés Escobar les deja fuera del Mundial. El hijo de la hermana del futbolista en ese instante le comenta a su madre "Mama, lo van a matar". La frialdad con que un chaval de clase acomodada es capaz de expresar lo que se sentía en la calle de Medellín es escalofriante.

La vuelta a Colombia es dramática. Los jugadores viven escondidos en sus casas, no salen a la calle, pero el autor del fatídico gol en propia puerta comete el error de creer que hay que dar la cara haciendo vida normal. Y un 2 de Julio de 1994 se encara con unos narcotraficantes en un club que le insultan y acusan de haber provocado la eliminación del mundial. 
6 disparos a bocajarro acaban con su vida. Los hermanos Gallon, un par de narcotraficantes al alza, ordenaron el asesinato al conductor privado de su vehiculo en ese mismo instante. Ninguno de los hermanos cumplió pena de cárcel, ya que el conductor, obviamente coaccionado por los inductores, declaró actuar por libre albedrío.

No fue una vendetta, ni un tema de drogas; fue una pelea que acabo en  muerte, como todas las peleas en Colombia en esa época. Si Pablo Escobar hubiera estado vivo, ese asesinato jamás hubiese sucedido. Los hermanos Gallon nunca se hubiesen atrevido a dar ese paso sin el visto bueno del Patrón.

Dos personas totalmente distintas, mismo apellido, unidas por el destino. 

Desde ese momento, los futbolistas de nivel que seguían en Colombia necesitan guardaespaldas, lo que lleva por hastío al abandono de su vida profesional. Y unido a que los narcos ya no financian a los clubes, provoca una crisis total en el futbol del país. No han vuelto a participar en un Mundial desde entonces y todavía están en proceso de transición a formar una estructura organizativa que no necesite de dólares manchados de sangre; la gran mayoría de equipos vive en riesgo de quiebra financiera.

Hoy Colombia es un país prospero, con buenos gobernantes como lo fue el gran Álvaro Uribe, con una población civil cada día mejor formada, esforzada y ambiciosa, que sabe de donde viene y sabe a donde va. Un país con evidentes desigualdades, pero con ganas de mostrar al mundo su renovada cara, y al que yo visitare en Abril en un viaje de trabajo que espero con ilusión, debido a  que el Turismo de Salud, con nuevas clínicas en Cali, Bucaramanga, Medellín, Bogota y Cartagena, ofrece grandes oportunidades de negocio. 

Perill 

PD: He escrito este articulo tras ver el  MEJOR DOCUMENTAL  que he visto en mucho tiempo. A veces los links que uno enlaza quedan perdidos en el blog o ignorados, por falta de tiempo o notoriedad; espero que este articulo haya despertado en vosotros las ganas de visionarlo. No os defraudará.