Hijos del Villarato: retrato de una obsesión

Le gustaba sentarse junto a la ventana, en el sillon orejero. En la pared de la derecha tenia su biblioteca personal, una de sus debilidades.

La lectura siempre fue una de sus pasiones, pero el trabajo (lo urgente no nos deja hacer lo importante) le quitaba demasiadas horas como para permitirse disfrutar de esos momentos deliciosos.

Cogio el Ipad y empezo el articulo. Tenia que terminarlo en menos de una hora para poder enviarlo antes de salir hacia la emisora.

Estaba preocupado. No es que se arrepintiera de haber comprado el chalet en la sierra, (aquellas vistas a media tarde lo compensaban todo) pero la letra mensual era casi la mitad de su sueldo principal y habia tenido que recurrir al pluriempleo. Menos mal que las colaboraciones en aquel medio deportivo y el articulo que escribia casi a diario le compensaban economicamente.

Y nunca le agradeceria lo bastante a su amigo del alma que le ofreciera aquel nuevo trabajo. Pero a veces se le agotaban las ideas.

Cada dia se leia todos los diarios deportivos, especialmente los catalanes (¡como le dolia tener que leer algo que fuera catalan!) para encontrar argumentos. Necesitaba decir cada dia (y escribirlo, que era mas complicado) algo negativo contra el Barça y/o contra Guardiola.

Si no encontraba nada digno de mencion, siempre podia sacar el comodin de Cataluña. Si atacaba a Cataluña, en la redaccion le daban palmaditas en la espalda. 

"Buen articulo sobre los catalufos de mierda", le decia un compañero sonriente, pero él preferia ceñirse al tema deportivo. Tampoco era plan de cerrarse demasiadas puertas por sus ideas politicas ni que transluciese su odio a esa gente de la esquinita (¿como podian pensar esos tipos que eran un pais?), o el asco que le daban.

Cogio el Ipad y abrio la carpeta "Guardiola". Tenia otra a la que etiquetó como "Barça", una de "Laporta", otra de "Rosell" y otra "cosas de los catalufos" en las que guardaba cualquier cosa que algun dia pudiera servirle para algo.

Repasó sus notas: "somos un pais pequeño", "las drogas", "hablar de los arbitros". Ya habia escrito mucho de todos los temas. Bueno, de las drogas no, pero tampoco estaba la cosa para querellas. Resopló.

Podia volver a alabar a Mourinho, pero ya casi le daba un poco de grima. Siempre alabando al portugués, incluso cuando lo hacia mal. Era su papel y tenia que llevarlo hasta el final.

Le vino a la memoria una comida en casa de su mejor amigo, alguien ajeno al periodismo y con quien, tras un buen vino y una copa, era más facil el intercambio de confidencias. 

Aquella noche le preguntó:

"¿En serio te crees todas las cosas que dices? ¿No te da algo de corte ser tan pelota con Mou?

Yo creo que puedes perder tu credibilidad, y te lo digo como amigo y como madridista que soy."

Puede que fueran los efectos del vino o de la copa (¡que bodega tenia su amigo y ahora vecino!), pero se vio contestando: 

"Mi credibilidad es inversamente proporcional a mi cuenta corriente". Y soltó una carcajada.

A su amigo y vecino le costaba entender que desde que escribia lo que escribia, desde su defensa incondicional de Mourinho, su vida habia cambiado ... y a mucho mejor.

Era cierto que a veces le habia costado. El dia en que Mou agredio a Vilanova fue complicado. Menos mal que a alguien se le ocurrio lo de la provocacion desde el banquillo. 

Lo de la cantera se resolvia hablando del Castilla. Lo de que todos los fichajes fueran de Mendes, se defendia diciendo que si eran buenos jugadores, que importaba el manager. El tema arbitral se habia reconducido, y hasta compañeros de profesión enviaban cámaras a pueblos de árbitros. 

Empezo con su articulo. Ya se estaba echando el tiempo encima.

Se corrigio en voz alta: "no, nazi, no, mejor diré que es un hipócrita y un falso".

El unico miedo era que Mou se marchara. Sin Mou no tendria sentido casi nada de lo que escribia o decia. Y si se iba Pep, su gran inspiración, ya sentía pánico.

Aunque, pensó, ya encontraria insultos adecuados para quien viniera. Y en caso contrario, el comodín de atacar a Cataluña le daba siempre buenos resultados.

Se fue a la ducha. A medianoche le esperaban para la racion de insultos.

confiesa